La producción de suelos SPC implica una serie de pasos precisos y eficientes para garantizar la calidad y el rendimiento. El proceso se puede desglosar en las siguientes etapas:

Las materias primas se miden, mezclan y calientan automáticamente a una temperatura de 125°C. Este proceso asegura una mezcla completa de materiales y elimina la humedad. Después del calentamiento, la mezcla se enfría a 100°C para evitar el agrupamiento y la decoloración, y luego se prepara para un procesamiento adicional. El material mezclado se extruye en láminas usando una extrusora de doble tornillo. Estas láminas se someten a prensado en caliente y se forman en tablas continuas usando una prensa de cinco rodillos. Durante esta etapa, las tablas se expanden hasta el grosor deseado, se laminan con una capa resistente al desgaste y se cortan en forma usando herramientas de precisión como una cortadora láser. La superficie de las placas SPC se trata con revestimiento UV para una mayor durabilidad. El proceso de curado tiene lugar a temperaturas controladas. Las tablas se cortan en tamaños específicos, ranuradas y biseladas en los bordes. Esto es seguido por redondear las esquinas, realizar controles de calidad y, finalmente, las tablas se empaquetan para su distribución.